El gobierno argentino implementa cambios significativos en las normativas de exportación e importación de obras de arte, ampliando las oportunidades para artistas y coleccionistas.
Ampliación de los plazos y simplificación de trámites
La nueva normativa, que será publicada oficialmente en el Boletín Oficial, extiende los períodos de exportación e importación transitorias de uno a cinco años. Este cambio facilita el intercambio internacional de obras, reduciendo restricciones para artistas y coleccionistas. Además, se elimina la certificación requerida para vender obras de artistas con más de 50 años de fallecidos. Anteriormente, este trámite otorgaba al Estado o a terceros residentes una opción preferencial de compra.
Un marco menos burocrático para la circulación artística
El decreto, desarrollado por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado en conjunto con la Secretaría de Cultura, establece que solo será necesario completar un formulario en los puntos de salida del país, como aeropuertos. Esto simplifica el proceso, permitiendo gestionar la exportación sin depender de horarios o comités evaluadores, lo que anteriormente generaba demoras.
Según Federico Sturzenegger, titular de la cartera, la medida busca eliminar las barreras burocráticas y brindar a los artistas argentinos acceso fluido al mercado internacional. También beneficia a los ciudadanos que desean trasladar obras de su propiedad de forma temporal o permanente.
Antecedentes históricos: el precedente de 1996
Este avance recuerda a la Ley 24.633 de 1996, que marcó un hito en la liberalización del comercio de arte en Argentina. En aquella oportunidad, la normativa permitió la exportación de obras icónicas, como las de Antonio Berni, luego subastadas en casas internacionales a precios récord. Muchas de estas piezas, adquiridas por coleccionistas como Amalita Fortabat y Eduardo Costantini, se exhiben hoy en museos de renombre.
Impacto esperado en el mercado de arte argentino
Con estas modificaciones, se espera un aumento en la participación de artistas argentinos en subastas y exposiciones internacionales, lo que podría posicionar al país como un referente en el comercio global de arte. Asimismo, la eliminación de trabas administrativas fomenta una mayor movilidad de las obras de arte, ampliando las posibilidades de comercialización y exhibición en mercados extranjeros.
Una oportunidad para los artistas emergentes y el patrimonio cultural
Aunque la norma excluye las piezas consideradas patrimonio cultural, el decreto abre una ventana de oportunidades para artistas emergentes que buscan posicionarse fuera del país. Este nuevo escenario fortalece tanto la proyección internacional del arte contemporáneo argentino como la valoración del coleccionismo privado.