Por Candelaria Penido. IG: @candepenido
Hace unos meses inauguró ¿Cuánto pesa el amor? en el Centro Cultural Recoleta. La mega muestra —más de 120 obras de personalidades como Marta Minujín, Antonio Berni, Roberto Jacoby, expuestas en 1500 metros cuadrados—, conquistó TikTok y atrae a millares de personas por día. ¿Por qué llama tanto la atención?
Dividida en tres salas, Daniel Fischer, su curador, presenta trabajos de más de 60 artistas nacionales e internacionales. Son producciones que giran alrededor del amor: amor pasional, amor familiar, religioso, espiritual, amor que duele, que cuesta, amor frágil, amor personal y teñido de violencia. Distintas facetas que hacen de esta emoción, tópico ideal para reflexionar.
En un intento de atrapar lo inefable, la exposición —que se puede visitar de forma gratuita de martes a domingos—, exhibe piezas en múltiples formatos: desde fotografías e instalaciones a pinturas, esculturas y videos. Nos acerca a las distintas formas que tienen estos artistas de comprender el amor.
Ingresar a la Sala Cronopios es adentrarse en un espacio oscuro, con diferentes islitas de luz nos atrae. Dónde posar la mirada, a qué prestarle atención; desde Acromática te sugerimos una guía por 8 obras en donde se destacan diferentes técnicas, artistas, trayectorias y formas de comprender el amor para que, una vez termines el recorrido, saques tus propias conclusiones.
Pasión, deseo y placer
Un colchón multicolor es abrazado por más colores. Contención, calidez, diversión son algunos de los sentimientos que despiertan esta escultura blanda, ya un clásico dentro del repertorio de Marta Minujín. Esta creación sin título, invita a abandonarse a su abrigo y disfrutar.
Susurros, confesiones, risas y sentimientos nos comparten las almohadas flotantes de Diana Schufer. Es El abrazo, un objeto sonoro que cuelga del techo y nos presentan la intimidad de una pareja. “Cuando acabamos juntos me dan ganas de llorar. Me inunda una emoción preciosa” nos confían las voces que se ocultan detrás de estas almohadas que entrelazadas conversan ajenas a todo acontecimiento externo, así como sucede en la vida misma cuando el deseo irrumpe.
Comunidad y sentimiento religioso
Una instalación luminiscente cuelga del techo. Simula una red de pesca, pero en vez de estar hecha de nylon o algodón, decenas de rosarios blancos la conforman. Red de Daniel Joglar nos habla del sentimiento de comunidad, un amor que se entrelaza, dispuesto a atraparnos si caemos o a contenernos si necesitamos arrullo. Amor como una red de creencias y personas que creen lo mismo. En el trabajo, a su vez se entremezclan, historia y memoria tanto personal, como geográfico y cultural.
Confusión
No todo es color de rosas cuando nos referimos al amor. Cuando este se da en un vínculo con un otro, las cosas pueden adquirir capas de incomprensión que dificultan la relación.
Nicola Constantino presenta su propia reversión de La lección de anatomía de Rembrandt, La lección de anatomía de la Dra. Nicola Constatino. Una fotografía en donde la artista le otorga a los personajes médicos su autorretrato, mientras que el cadáver del centro es reemplazado por el robot de la película Metrópolis de Fritz Lang. En una primera instancia la pieza remite al amor nostálgico, el padre de Nicola era cirujano. Sin embargo, si nos adentramos en lo que vemos en la obra: hay ocho versiones de la artista (con distintos cortes de pelo) analizando un cuerpo que se asemeja al humano, mas no es igual. Es decir muchas versiones de su propio ser, intentando comprender a otro que parecería ser como nosotros, pero no. “¿Acá sería que no hay sentimientos verdaderos en el amor?” Le pregunta una chica a su amiga. Ante la cara de incomprensión de su acompañante agrega: “los robots no sienten.”
Entre hilos de cocer y alambres Fabiana Larrea enhebra palabras en Última palabra de amor. Como una tela de araña gigante, la artista intenta entender qué significa el amor. Y nosotros, como espectadores nos dedicamos a descifrar qué frases se esconden en el inmenso mural. Pensamientos, emociones, ideas pasajeras que Larrea mezcla, confunde e inmortaliza en un ñandutí blanco.
Violencia
La violencia dice presente en la instalación Trastornos del sueño de Claudia Casarino. En ella camisones de tul en blanco y rosados se enciman y acompañan. Esa segunda piel que se utiliza para dormir, no solo presenta la fragilidad de la mujer en ese estado, sino que Casarino elije relacionarla con una trágica realidad: la trata y tráfico de mujeres. A partir de esta proyecto, la artista reclama en contra de la violencia que puede teñir ciertos vínculos. Violencia mezclada con engaño y dolor.
Tristeza y dolor
La muestra cierra con dos obras que justamente representan un amor contaminado por el sufrimiento. Mar de lágrimas de Pablo Suárez y Lágrimas de Cristal de Nicola Constantino. En esta última la artista retoma la foto de Man Ray y no solo suplanta a la modelo sino que le agrega encima unas lágrimas hechas de cristal. A su lado, la pieza de Suárez nos presenta la figura de un hombre cubierto de lágrimas de cera. Estas se han ido acumulando a sus pies y ya le cubren hasta la mitad de la pantorrilla.
“La exposición, llena de nostalgia neblinosa y por momentos sombría, actúa como un inframundo límbico, como un borde para el espectador que medita y reflexiona sobre las distintas tecnologías que se ponen de manifiesto, físicas y emocionales, a la hora de pensar en el amor (…). La creación en este recorte de obra es concebida como un portal o ventana mágica que permite adentrarnos y pensar en la mística, en el misterio y en la espiritualidad sostenida con el amor, el dolor y el silencio”, explica su curador.