Figura clave de la vanguardia latinoamericana, Yuyo Noé falleció a los 91 años, dejando un legado artístico y teórico que marcó más de seis décadas del arte contemporáneo en Argentina y el mundo.
Luis Felipe “Yuyo” Noé no solo fue un creador prolífico, sino también un pensador del arte. Su obra plástica, escrita y curatorial se desarrolló en torno al concepto del caos, una noción que supo convertir en eje estético y existencial. Fundador del movimiento Nueva Figuración, Noé no solo revolucionó el lenguaje visual en los años 60, sino que también construyó una reflexión filosófica sobre la fragmentación del mundo contemporáneo.
En 2024 publicó Asumir el caos. En la vida y el arte, su último libro, culminación de un trabajo de más de cuatro años que reafirma su visión del arte como espejo de la complejidad humana.
Un legado atravesado por la Nueva Figuración y la búsqueda constante
Yuyo Noé irrumpió en la escena artística argentina en los años 60 como parte del colectivo Nueva Figuración, junto a Jorge de la Vega, Rómulo Macciò y Ernesto Deira. Este movimiento rompió con las categorías tradicionales al integrar elementos abstractos y figurativos en obras cargadas de energía política y emocional. La muestra Otra figuración, en 1961, fue el punto de partida de esta revolución estética que buscaba representar el caos de la época.
Más allá de sus contribuciones pictóricas, Noé desarrolló una intensa producción teórica. Su ensayo Antiestética (1965) ya anticipaba sus críticas a los cánones formales y su defensa de una estética del desorden. Esta línea de pensamiento se extendió a lo largo de su carrera, reafirmándose en sus últimos textos, como Asumir el caos, en el que profundiza la relación entre arte, experiencia vital y fragmentación.
De Buenos Aires a París: una vida atravesada por el arte y el exilio
Nacido en Buenos Aires en 1933, Yuyo Noé creció en un ambiente intelectual influenciado por su padre, Julio Noé, destacado crítico y editor literario. Desde joven, se sintió atraído por la imagen y decidió dedicarse al arte. Tras una breve incursión en el periodismo y la crítica, comenzó a exponer individualmente en 1959, en la galería Witcomb.
A lo largo de su vida, vivió entre Argentina, Estados Unidos y Francia. Durante su exilio en París en los años 70, luego de la instauración de la dictadura militar en su país, continuó desarrollando su obra y pensamiento. Su regreso en los años 80 marcó una nueva etapa en su carrera, que combinó la docencia, la curaduría y la producción artística.
Más de cien exposiciones y una presencia fundamental en la Bienal de Venecia
Con una trayectoria que incluye más de cien exposiciones individuales, Noé fue reconocido con premios como el Di Tella, la Beca Guggenheim y varios Konex. Su participación en la 53ª Bienal de Venecia en 2009, bajo la curaduría de Fabián Lebenglik, fue uno de los momentos más destacados de su carrera internacional. Allí presentó dos obras monumentales que condensaban su evolución estilística y conceptual.
Además de su producción artística, impulsó espacios culturales como el célebre bar Bárbaro, epicentro de la vida intelectual porteña en los años 70. También dirigió programas curatoriales como Ojo al país y La línea piensa, en los que promovió artistas emergentes y la experimentación gráfica.
Una vida dedicada al arte, entre lo personal y lo colectivo
Yuyo Noé compartió su vida con la artista Nora Murphy, con quien tuvo dos hijos: Paula, también artista, y Gaspar, cineasta de renombre internacional. En los últimos años, junto a su familia y colaboradores, impulsó la creación de la Fundación Luis Felipe Noé, dedicada a preservar y difundir su obra.
En sus clases y charlas, alentaba a sus estudiantes a lanzarse “a la aventura del arte” sin temor al error, a explorar el caos como un camino hacia la autenticidad. Su último libro, publicado en 2024, fue descrito por él mismo como su “legado”, una síntesis de pensamiento, vivencias y estética que resume su mirada sobre la condición humana.
Un llamado a la memoria cultural
Con la muerte de Yuyo Noé se cierra un capítulo fundamental del arte argentino del siglo XX y XXI. Su legado, sin embargo, continúa vigente en museos, libros, y en las generaciones que formó y transformó con su visión singular. Su obra nos recuerda que el arte puede –y debe– abrazar la complejidad del mundo.
Visitá la Fundación Luis Felipe Noé para conocer más sobre su legado y su influencia en el arte contemporáneo.