En un hecho inusual, un empleado de una prestigiosa galería de arte moderno en Múnich fue despedido por colgar su propio cuadro en la pared.
La Pinakothek der Moderne, reconocida por sus obras de Picasso, Dalí y más, fue el escenario del incidente. El hombre, buscando reconocimiento artístico, accedió a la galería fuera del horario laboral y exhibió su obra sin autorización.
El cuadro, retirado rápidamente, generó daños en la propiedad, lo que llevó a una investigación policial.
El empleado, cuyos sueños artísticos quedaron truncados, enfrenta consecuencias legales y la pérdida de su trabajo.
La galería no ha revelado detalles sobre la obra en cuestión.
El incidente, aunque singular, pone en relieve la importancia de seguir protocolos y respetar la propiedad ajena en el mundo del arte.