Más bello que la muerte: una obra en que la sutileza acaricia angustias profundas

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Por Candelaria Penido. IG: @candepenido

La naturaleza es esa fuerza aglutinante que aloja, acompaña y contribuye al fluir de los acontecimientos que se desarrollan en Más bello que la muerte, la obra de Sonia Novello, dirigida por Claudia Mac Auliffe que se presenta todos los viernes en Teatro Anfitrión (Venezuela 3340).

En escena se despliegan tres personajes, un matrimonio y un ingenuo adolescente, rodeados de verde. En la alfombra de pasto sintético que cubre el piso, en las hojas de enredadera que cuelgan por los laterales y en sus vestimentas, saquito, bermuda, pantalón. Este verde se filtra hacia el público, entre los sonidos propios de un gran jardín de casaquinta en las afueras de Buenos Aires. La naturaleza todo lo envuelve. Las ganas propias de tocar el pasto y ver también a esos pajaritos que vuelan sobre las butacas, cantan y se pierden por una esquina, no abandona a los espectadores a medida que se van introduciendo en las vivencias cotidianas,  que componen esta historia . Estos supuestos momentos relajados van cubiertos por un halo de estremecimiento.

Muerte, nostalgia y ternura son algunos de los temas que, tratados desde una sensibilidad y sencillez notable, logran ir apareciendo, sin robar el foco ni llevar a esta pieza teatral hacia el dramatismo. De hecho, lo cómico encuentra su lugar varias veces en los brazos de Arminda, nuestra protagonista. Ella, aparentemente ajena a la despedida anticipada de su compañero, que se nutre de citas y autores filosóficos para llegar a lo profundo de su alma; baila, busca y sueña.

Los vínculos se encuentran en el centro de esta obra. Estos adquieren distintos matices. Son cambiantes y evolucionan lejos de los ojos de los espectadores. Son los diálogos, mas no las acciones, las que nos acercan lo ocurrido. Es a partir de raccontos que conocemos la evolución afectiva entre los personajes. Como los paseos en donde la relación entre Alex—marido de Arminda—, y James —el joven que irrumpe inadvertidamente en la vida de la pareja—, se afianza; o la lectura de los cuentos  y avistamiento de pájaros entre Arminda y el adolescente.

Los recursos espaciales designan lugares que resultan inamovibles: Arminda a la izquierda, Alex al centro y James a la derecha. Cuando uno falta, su lugar queda vacío. Como la vida misma, la obra avanza entre presencias y ausencias.

En cuanto a los recursos sonoros y lumínicos, estos nos permiten adentrarnos en los deseos y pensamientos de los protagonistas. Cada tanto, se nos abre una ventana hacia sus mentes y atisbamos a vislumbrar sus anhelos. Más bello que la muerte nos acerca, irremediablemente como su título nos anuncia, a la muerte. Una como recuerdo y como escenario próximo. Lo interesante, entonces, es descubrir lo que hay en el centro. ¿Qué pasa en el medio entre estos polos? En palabras de su creadora “La naturaleza arrolladora en su esplendor que todo lo comprende, la finitud y el renacer.”

FICHA TÉCNICA

Autoria: Sonia Novello 
Actores: Osqui Ferrero, Sonia Novello, Alejandro Vizzotti 
Ilminación: Mariano Dobrysz 
Diseño de escenografía y vestuario: Gabriella Gardelics 
Diseño de Sonido: Zypce 
Diseño gráfico: Horacio Petre 
Asesoramiento coreográfico: Débora Zanolli 
Fotografía: Pablo Garber 
Dirección: Claudia Mac Auliffe 
Compañía: De Carencia Virtú 

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