Por Lujan Gambina. IG: @lupegambina
Para mí tampoco fue fácil. No me sigas jorobando con lo mucho que te cuesta todo. Para mí tampoco fue fácil. No se lo digo, lo pienso, lo repienso, pero no se lo digo. Me lo guardo. A mí la cosa me costó mucho. Más que mucho, horrores me costó. Nada me resultó simple. Y no por eso ando repartiendo culpas a troche y moche. No, una se queda con el esfuerzo para una, como un secreto. Un Perú me costó la cosa. No sé qué tendrá que ver lo peruano pe en el esfuerzo. Como sea, todo ha costado tanto y no hay quejas. No hay derecho al reclamo.
Este párrafo da inicio a El hombre que duerme a mi lado, la primera novela del dramaturgo y cineasta Santiago Loza, publicada en el año 2017 por Tusquets. El desborde, la voracidad, la violencia ejercida de manera sutil, la manipulación, la vejez y sus achaques. Un marido sin nombre, pero que es muerte y presencia a la vez. Un hijo que no logra estar a la altura de las expectativas y un yerno que se dibuja como la figura opuesta.
Entre un torbellino de pensamientos que se mezclan con sentimientos y quedan atascados en la garganta o son escupidos con furia y rencor, el relato de Loza nos lleva de las narices. El autor logra escribir de manera directa y sencilla la complejidad de un personaje y sus vínculos. Invita a una lectura igual de voraz que la historia que relata, y no por eso menos densa.
Una infancia con una madre severa y un padre de dudosa moral, una juventud de amores desafortunados que dará como resultado un corazón destrozado que nunca sanará, una amistad hecha de secretos y traiciones y una maternidad que no buscó.
Con todo esto llega Nelly, la protagonista de esta novela, a la vejez. Obligada por su frágil estado de salud deberá mudarse con Mauro, su único hijo, y la pareja de éste, a su casa en la ciudad. Allí la hostilidad de su vínculo cobrará vigor y los días no serán fáciles para ninguno de los tres.
Nelly pasará los días odiando, sufriendo el rumiar de su cabeza que teje y desteje sin darle respiro. Se ahogará de puro pensamiento y de sentimiento putrefacto que lleva enterrado en las entrañas desde hace mucho tiempo, quizás desde siempre, quizás desde que puede atesorar recuerdos.
Santiago Loza es escritor y cineasta. Entre sus últimas películas se encuentran La paz, Si estoy perdido no es grave, Malambo, el hombre bueno, Breve historia del planeta verde, Amigas en un camino de campo. Participó en diferentes festivales y fue premiado en Cannes, Berlín, Róterdam, Bafici, entre otros. Además, fue distinguido con el Premio Konex y con el Premio Nacional de Cultura 2021. Participó en el Programa Internacional de Escritura (IWP) de la Universidad de Iowa y en el Programa de la Asociación de Escritores de Shanghái. Escribió una veintena de obras teatrales que se han estrenado en Argentina, Uruguay, Brasil, España, Francia y Estados Unidos. Publicó las novelas Yo te vi caer, El hombre que duerme a mi lado y La primera casa; sus textos teatrales en Textos reunidos, Obra dispersa y Empiecen sin mí; los libros de no ficción Nadadores lentos y Diario inconsciente y el de poesía Noventa y nueve naturalezas muertas.