Los miedos: una experiencia teatral única que coloca la cocción de una obra en primer plano

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Por Candelaria Penido. IG: @candepenido

Siempre me dio mucha curiosidad cómo se enseña el arte escénico. Cómo se pueden ir armando escenas, de la nada, con personajes que van mutando, sin caer en la vergüenza o la timidez ante tu propia vulnerabilidad expuesta en una improvisación.

Los Miedos representada todos los sábados a las 21 h en Caras y Caretas (Sarmiento 2037), me mostró sin velos ese sentimiento. Expone ante sus espectadores, en su sexta temporada, sus propios mecanismos de creación. Seis actores, dos músicos y un director fluyen en escena dando lugar a experiencia teatral única.

La espontaneidad es la clave que marca la obra. Previo al momento de la representación los artistas no conocen su papel, ni el guion, ni el camino que les tocará recorrer en esa determinada ocasión.

Como niños jugando a un teléfono descompuesto, prima el desorden, la repetición y la risa. Al principio, es sorprendente identificar los recursos utilizados; escuchar a su director Alejandro Gigena —agachado y de espaldas al público—, decirle a uno de los actores “repetí lo que escuches” o ver a los propios artistas reír ante alguna ocurrencia de un compañero. Verlos bailar, desaparecer en las sombras y crear microescenas que de ridículas mutan a serias y profundas, es adentrarse en otro mundo. Un detrás de escena, transportado hacia un primer plano.

La dirección es la pieza clave, ya que Gigena, presente en el mismo tiempo y espacio, va analizando el clima en la sala y guiando la escena, dosificando las situaciones, las intervenciones, la iluminación y/o la música.

Con reminiscencias al clown, la obra parte del vacío y de un estado de disponibilidad de los artistas. “Los Miedos es un contacto con lo imprevisible —describe su director—. En cada función nacen y mueren escenas permanentemente, siempre diferentes, que proponen compartir junto con el público presente, abordándolas con la única certeza de llegar a estadios vitales dentro del escenario.” Es un contante proceso de comenzar y finalizar momentos, sin dejar que ese vacío conquiste la escena. Como la lluvia que puede comenzar como llovizna, mutar a tormenta y luego fluctuar entre una y otra instancia, pero siempre mojando es su trascurso.

La iluminación juega un rol central en la puesta ya que es gracias a ella —dirigida también en vivo desde el escenario—, que sabemos hacía dónde mirar, dónde está lo importante, qué escena acaba de terminar para dar lugar a otra. Mientras que, su escenografía es simple y escueta. En consecuencia, los pocos elementos de utilería que aparecen reclaman la atención tanto del público como de sus intérpretes.

Los Miedos es una experiencia teatral en donde el juego es el protagonista. Juegan los actores al representar cosas insólitas improvisadas o al cambiar sus tonalidades al hablar llevándonos de viaje hacia donde gusten, juega el director al crear en vivo, juegan los músicos al intervenir como parte del relato o narración y juega el público al sentirse parte de esa historia, que se desarrolla frente a sus ojos. Y no una historia cualquiera, sino una única, que se ha creado ese día con ellos como testigos. Dejándonos de esa forma con la duda y las ganas de saber cómo será la siguiente función.

FICHA TÉCNICA

Actúan: Javier Abril Rotger, Lautaro Bakir, Sofia Brihet, Yasmin Eisenberg, Luciana Lifschitz, Román Martino, Debora Nishimoto, Camila Peralta, Franco Quercia, María Soldi, Max Suen

Músicos: Juan Lepo, Jimena Gonik

Vestuario: Delfina Tulli

Escenografía: Gina Mantegna

Iluminación: Emiliano Huala

Diseño de luces: Gustavo Lista

Fotografía: Pamela Brunfman

Diseño gráfico: Javier Rizzo

Producción: Josefina Del Pópolo

Dirección: Alejandro Gigena

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