Por Lujan Gambina. IG: @lupegambina
La muestra hace un recorrido por los paisajes expresionistas que el artista viene pintando en los últimos años.
En los trabajos que Eduardo Scocco presenta en Central Newbery se puede ver desde la influencia del delta del Tigre hasta la valentía que encuentra para aventurarse a pasar por el pincel aquellas experiencias que han calado hondo en su recorrido artístico.
El recorrido de una muestra requiere algo tan primordial e intangible como el tiempo. Poder decir algo respecto a la misma es el paso posterior a haber estado ahí, viéndoselas con los lienzos. Estar es algo diferente de haber pasado por el lugar, algo tan distinto que se podría pensárselo como de otro orden. Es luchar contra el reloj interno, contra toda la modernidad que demanda un efecto inmediato, una conclusión rápida, los resultados de tu búsqueda. Una lucha contra la incertidumbre, el vacío, el desconcierto, el no saber. Estar ahí en exposición total al trazo del artista y no saber exactamente de qué se va a tratar ese recorrido.
Y si bien el texto de sala, autoría de Gustavo M. González, puede dar cierta pauta, las obras están expuestas sin referencia de año, material o nombre. Ese detalle, pensado para la inauguración, fuerza a quien la visita a comprometerse con cada obra exhibida. Descifrar cada pieza, contraponerlas entre sí e ir armando el recorrido junto al artista.
Como perlita adicional, la muestra cuenta además con una serie de “mapas arbitrarios”, en palabras del artista. Se trata de libros contables y cuadernos de partituras donde Eduardo Scocco ha plasmado de una manera única sus vivencias, “como una forma de integrar el cotidiano, quizás de procesarlo y pasarlo por el tamiz artístico.”
No hay una respuesta unívoca que responda a la pregunta inicial que intenta resumir de qué va la muestra. Finalizando el recorrido, lo más interesante es redoblar la apuesta y poder reformularla: ¿qué me dice esta muestra a mí? Allí radica su esplendor y su potencia.
“Viajar adentro”, la muestra de Eduardo Scocco, se puede visitar hasta el 19 de agosto en Central Newbery, Jorge Newbery 3599 -CABA-