La muestra en Banco Macro, con curaduría de Patricia Rizzo, reúne obras de Emiliano Miliyo y Aimé Pastorino que resignifican objetos, marcas y símbolos del pasado argentino desde una mirada contemporánea.
La exposición De origen nacional, actualmente en exhibición en la planta baja de la Torre Banco Macro, propone una relectura crítica de la historia reciente argentina a través de una selección de obras de Emiliano Miliyo y Aimé Pastorino. Curada por Patricia Rizzo, la muestra presenta una arqueología visual compuesta por esculturas, pinturas e instalaciones que abordan la memoria, el consumo y el valor simbólico de los objetos cotidianos.
Los artistas exploran la construcción de lo nacional desde una perspectiva afectiva y material, articulando escenas cargadas de nostalgia, crítica social y referencias culturales que interpelan tanto la historia individual como la colectiva.

El archivo emocional de lo cotidiano
La propuesta curatorial entiende el concepto de “nacional” como un campo expandido de signos, relatos y afectos. Desde ese marco, las obras dialogan con gráficos populares, billetes, envases, herramientas y marcas comerciales que han dejado huella en la vida cotidiana argentina. El resultado es un inventario sensible que rescata los objetos como portadores de memoria, identidad y conflicto social.
Emiliano Miliyo presenta una serie de piezas que cruzan pintura, escultura y objeto, recuperando productos industriales como cajas PAN, billetes o envases de cemento. Con una estética que remite a la gráfica comercial y al arte pop, el artista examina la persistencia de ciertas imágenes y su capacidad para activar recuerdos y vínculos emocionales.
Nostalgia, marcas y valor simbólico
A través de obras como 1.000.000, Peso argentino y 1000 pesos (Escultura), Miliyo pone en tensión el valor económico y simbólico de elementos profundamente inscritos en la cultura nacional. Sus piezas, elaboradas con precisión técnica y una notable carga afectiva, exploran la relación entre arte, consumo y representación.
En un gesto irónico, las Cajas PAN evocan las cajas de Brillo de Andy Warhol, aunque en este caso no celebran el consumo, sino que remiten a una etapa crítica de la historia argentina. La cita a artistas como Lucio Fontana o Warhol se resignifica como parte de una reflexión sobre el arte y su inscripción en lo social.

La memoria doméstica como lenguaje escultórico
Aimé Pastorino, por su parte, trabaja con madera tallada y policromada para reproducir objetos domésticos, herramientas y envases que marcaron su historia personal y el imaginario colectivo. Desde una máquina de coser artesanal hasta tarros de pegamento o cajas de juguetes, sus obras configuran un paisaje material cargado de precisión, contemplación y humor.
En instalaciones como Piano piano si va lontano o La estoica duración, la artista reconstruye a escala real el taller de su abuelo y otros espacios de producción familiar. Sus piezas funcionan como vestigios que permiten pensar la historia reciente desde la experiencia sensible, la técnica y el cuidado.

Una invitación a repensar lo nacional
De origen nacional no solo ofrece una mirada crítica sobre los signos de la cultura local, sino que invita al espectador a ocupar ese archivo desde su propia sensibilidad. Los artistas construyen escenas congeladas y referencias nostálgicas que desdibujan los límites entre lo íntimo y lo colectivo, entre el arte y la vida cotidiana.
La muestra puede visitarse en Torre Macro (Av. Eduardo Madero 1172, CABA), de lunes a viernes de 10 a 18 h, con entrada libre y gratuita.