“Algo nuevo, algo viejo, algo prestado” emerge como una película singular de Hernán Rosselli, que mezcla memoria, realismo y ficción en un retrato íntimo de una familia del conurbano. Desde su estreno en Cannes, el film se consolidó como un fenómeno cultural, manteniéndose en cartel sala llena en el cine Malba.
Este largometraje, que fusiona elementos documentales y dramáticos, refleja un estilo híbrido y envolvente. No es solo un filme, sino una experiencia cinematográfica que ha generado interés sostenido desde su debut en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2024 hasta su presentación local en el Malba desde diciembre pasado.
Una obra híbrida que desafía fronteras narrativas
Desde su puesta en escena en Cannes, Algo nuevo, algo viejo, algo prestado ha marcado tendencia. Combina grabaciones familiares, escenas caseras y reconstrucciones ficcionales del universo de los Felpeto, una familia dedicada a la quiniela clandestina, logrando un equilibrio inquietante entre lo real y lo imaginado. Esta hibridación genera una atmósfera única, donde lo íntimo se transforma en cine visceral.

Proyección extendida y resonancia popular
La película demostró ser un éxito inesperado. Con escasa publicidad, lleva ya ocho meses exhibiéndose con funciones todos los sábados en Malba Cine, atrayendo a cinéfilos y público general, incluso de provincias. A su paso por festivales como Cannes, Tesalónica, Montreal y Gijón—donde obtuvo el premio a la mejor película—se sumó una programación sólida en salas independientes .
Un relato que entrelaza memoria, sextorsión y crimen familiar
Rosselli construye el film a partir de una caja de VHS filmada por el padre de familia, con imágenes grabadas entre mediados de los 80 y principios del 2000. Esas filmaciones, llenas de nostalgia, se entrelazan con escenas actuales interpretadas por la propia familia, borrando las fronteras entre realidad y actuación. La narrativa explora el negocio ilegal de las apuestas clandestinas como motor de tensiones familiares, secretos y trasformaciones generacionales.

Construcción estética y emocional directa
Críticos destacan la sutileza del montaje de Rosselli —también montajista— quien maneja el ritmo narrativo con precisión. El relato fluye con naturalezas fragmentadas: archivos, filmaciones de seguridad y dramatización. Ese equilibrio dota a la película de credibilidad emocional y fuerza estética, con Maribel Felpeto ofreciendo una presencia hipnótica como protagonista central.
Impacto en la escena del cine independiente argentino
El éxito de Algo nuevo, algo viejo, algo prestado contribuye a demostrar que el cine nacional independiente puede consolidarse con una estrategia de estreno diferenciada —pocas funciones, larga duración en cartel y presencia en festivales—. Superó las 5.000 entradas vendidas solo en Malba y continúa su exhibición más allá, consolidado como modelo para producciones similares.
Descubrí lo más reciente en películas, directores y festivales en nuestra sección de Cine.