Por Candelaria Penido. IG: @candepenido
Arte como llave para activar experiencias. Atravesar, tocar, ser parte. Estas son las máximas que nos quedan luego de recorrer la tercera edición del festival Chandon Artground en el edificio del Ex Tiro Federal.
Con la curaduría de Julio Oropel, y la consigna propuesta por Chandon, “cambia la mirada”, los artistas argentinos Luis Terán, Solange Agterberg, Paul Sende, Efímera Floral y Grupo Plan crearon obras interactivas; listas para ser observadas, fotografiadas y compartidas.
Tomando a los colores como guías nos adentramos en este mundo burbujeante. Rojo, verde, celeste, amarillo son ellos, como arcoíris multicolor, los que van marcando el camino. La primer sala —la amarilla—, aloja la obra de Luis Terán. Estructuras-esculturas de madera, conectadas por alambres forman calidoscopios gigantes. Cuyas dimensiones y percepciones varían según desde donde se las aprecie: adentro, de costado, desde abajo. Múltiples miradas, atravesadas y fragmentadas.
La sala roja, del mismo modo, propone nuestro movimiento. En este caso, atravesemos un túnel blando, colorado, que late. “Una pasarela a las entrañas del Ansia, un espacio cavernoso que respira, mastica y traga con la performance de una especie sin forma cuyos movimientos son espásticos, entre rojos sin rostro que buscan englutir al resto, con sonidos guturales, que suman a los sonidos de la instalación”, explica Solange Agterberg, la artista.
La tecnología dijo presente principalmente en las obras de Grupo Plan y Paul Sende. Pulsar, de Plan es una obra viva, que depende de sus espectadores para desplegarse en su máximo potencial. Cinco grandes pantallas verticales, en colores cielo, brillan. Pero es cuando su visitante se acerca que se activan. Al moverse y generar sonido, la obra pulsa y cambia sus colores. Del celeste y blanco al rojo y naranja, siguiendo nuestras formas e intensidades. En cambio, las obras de Sende —Fuego y Ébal—, ocupan su espacio, se mueven y resplandecen sin necesidad de un ojo observador. Una escultura y una instalación lumínica creadas con pantallas LED ocupan la sala. “Un fuego digital futurista que nos conecta con la idea de rito, el encuentro, la magia y de la contemplación hipnótica sobre los misterios universales”, decían las palabras del artista en la pared.
La naturaleza también tuvo su lugar. Por un lado en Flora Galáctica, la obra de Efímera Floral, donde se conjugaban 12 m2 de musgo de Tucumán, follaje de Misiones y flores nativas. Por el otro, en la experiencia multisensorial inmersiva dedicada a Chadon Apéritif, la nueva bebida lanzada por la marca, creada con sus espumantes, una serie de especias y naranjas orgánicas de Entre Ríos. “La idea es que se sumerjan un poco en el mundo que vivimos todos los días en la bodega”, nos contó Ana Bartolucci, enóloga de la bodega y primera mujer en sesenta años en ser parte del equipo.
Siguiendo la línea de sus anteriores ediciones, se puede disfrutar de una selección de tres obras de teatro, de aproximadamente 20 minutos cada una, bajo la curaduría de Jimena del Pozo Peñalba.
Para cerrar el evento, en el patio se encuentra la sección gastronómica con la barra de The Hole y la comida en manos de Niño Gordo; y la parte musical con actuaciones de bandas como El Zar, Silvestre y La Naranja, Misce, 1915 y Rayos Láser; y los DJs, Delfi Ruiz Panelo y Otto Bunge.