El artista Pablo Páez Riva expone en la recientemente inaugurada Nápule Galería de Arte, ubicada en José A. Terry 300, barrio inglés de Caballito, Ciudad de Buenos Aires.
La muestra, con texto de Julio Sapollnik y curaduría de Julia Aguilar, propone un recorrido por obras que abordan la construcción interior, la exclusión social y la tensión entre representación y realidad.
La exposición permanecerá abierta hasta el 9 de Octubre y se integra al programa cultural de la galería, con actividades especiales en el marco de la fiesta de San Genaro.
Una reflexión sobre la ascensión del espíritu
El título ASCESIS remite al concepto griego de áskesis, utilizado por Platón para describir la actividad del alma en busca de liberación. En las obras de Páez Riva, esta idea se traduce en escenas que exploran instantes de serenidad frente al caos contemporáneo. El artista recrea destellos de equilibrio y paz, como metáfora de la posibilidad de elevar la experiencia cotidiana hacia un plano espiritual.
Crítica social y referencias visuales
Entre las piezas exhibidas se encuentra Fábrica de Living, donde un interior prolijo contrasta con la figura de un joven durmiendo en la vereda. Esta tensión entre abundancia y exclusión atraviesa gran parte de la producción del artista.
Su trabajo dialoga con imágenes icónicas, como la fotografía de Margaret Bourke-White durante la inundación del Río Ohio en 1937, en la que una fila de ciudadanos afroamericanos contrasta con un cartel que proclama “El nivel de vida más alto del mundo”. De modo similar, las pinturas de Páez Riva reactualizan la distancia entre lo representado y lo vivido.
Una poética contemporánea
Con acrílico sobre tela y un trazo minucioso, el artista compone escenas de crudeza silenciosa. Sus figuras solitarias, expulsadas del sistema productivo, encarnan metáforas de exclusión. Sin embargo, la rigurosidad formal —ritmos visuales, contrastes cromáticos, estructuras espaciales— otorga a esas imágenes un valor estético que trasciende lo testimonial.
Como señala Giorgio Agamben, “el contemporáneo es aquel que mantiene la mirada fija en su tiempo para percibir no la luz, sino la oscuridad”. En este sentido, Páez Riva se afirma como un artista radicalmente contemporáneo, capaz de sostener la mirada sobre las tensiones de la actualidad.
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